BASS BLOOD
Proyecto de escritura, fotografía análoga, selección y mezcla de música. Publicado originalmente en la página de AHORA.
v2 - 21.02.22
Las líneas de música (en inglés songlines) son rutas o senderos que atraviesan la tierra y que son aprendidos para recorrer, describir y memorizar un territorio. Son, esencialmente, un mapa que combina el sonido y la palabra para encontrar el camino. Al ser memorizados en forma de canciones, ayudan a construir una asociación mnemónica y una relación recíproca entre el territorio, el oyente y el intérprete. Escuchar (o cantar) una canción es equivalente a recorrer la línea de música o reconocer el paisaje.
Estas rutas sonoras han sido un elemento importante en el desarrollo y la supervivencia de comunidades nómadas y además, son parte fundamental en la cosmología de múltiples tribus a lo largo del mundo. Aunque las líneas de música de los aborígenes australianos son el ejemplo más conocido, el uso de canciones para guiar el camino se ha registrado en Latinoamérica (Koguis y chamanes de distintos pueblos amazónicos), otros países de Oceanía (Papúa occidental) e incluso en países nórdicos (pueblo Saami).
Esta tecnología cobra importancia por ser un acto que celebra la especificidad (las canciones sólo pueden cantarse en un lugar específico), la significancia del camino recorrido y la capacidad de aprender moviéndose, nunca dejar de ser un estudiante y encarar la incertidumbre de la mano de la música. También, nos pone frente a algunas preguntas: ¿Las líneas de música sólo se manifiestan en contextos rurales, selváticos o en los lugares y ecosistemas más extremos de la naturaleza? ¿Cuál podría ser la relación de una línea de música con los medios (análogos, digitales o virtuales) de almacenamiento, reproducción y distribución? ¿Qué papel juegan en un mundo que poco a poco se distancia más de las tradiciones orales y ancestrales?
De alguna forma encuentro la respuesta en los mixtapes. Ese formato de recopilación y selección musical que desde hace casi 40 años ha sido testigo de la evolución de la vida en la ciudad, los avances tecnológicos y la música en sí misma. Que ha sido heredado y reconfigurado con el trasegar de las generaciones para encontrar su lugar en el imaginario colectivo y convertirse en un artefacto cultural: el vehículo perfecto para compartir, de manera física o virtual, miles de historias, relatos, caminos recorridos y territorios explorados. Podría llegar a pensar que un mixtape es una forma de songline.
Con esto en mente construí la siguiente línea de música llamada 'BASS BLOOD 07', donde invoco el camino que recorrí desde enero hasta marzo de 2019. Una ruta llena de diferentes paisajes, personas, animales, pensamientos y sobre todo, mucho bajo.